El período seco (de una vaca lechera)

“Gestión por negligencia” fueron las duras palabras del PhD.Robert J. Van Saun en su artículo de 1991 sobre nutrición de vacas secas [1].En las tres últimas décadas, la industria láctea ha experimentado cambios significativos.Las vacas con mayor producción y la creciente necesidad de controlar las enfermedades metabólicas han obligado a los ganaderos a centrarse más en el cuidado y la gestión de las vacas secas.

El período seco es crucial para una vaca lechera por varias razones.En primer lugar, el período seco se utiliza para curar los problemas existentes en la ubre y para prevenir nuevas infecciones.Un estudio realizado en la Universidad de Wageningen (Países Bajos) demostró que, entre las vacas con un recuento celular elevado, sólo el 50% se recuperaba sin un periodo seco, mientras que el 92% lo hacía cuando sí tenían dicho periodo.[2] Además, el periodo seco es necesario para proporcionar nutrientes al feto y para garantizar una producción de leche y una salud óptimas durante la siguiente lactancia.El periodo seco también es un gran momento para recortar las pezuñas [3].

A menudo se considera que un periodo seco de 40 a 60 días es suficiente para preparar a la vaca lechera para una producción óptima de leche [4].En una encuesta sobre la gestión de las vacas secas en 148 granjas lecheras comerciales del Reino Unido, la duración media del periodo seco fue de 56 días [5].Las vacas sin un periodo seco de 50 a 60 días producen sólo el 75% de la leche que habrían producido si se les hubiera permitido un periodo seco [6].

El período seco conlleva muchos desafíos, como el estrés adicional que produce el propio secado, el cambio o las restricciones en la alimentación y el cambio en la conformación de los grupos sociales [5]. Las estrategias de alimentación deben centrarse en obtener la máxima producción de leche en la siguiente lactancia, minimizando las posibilidades de trastornos como la fiebre puerperal, la cetosis y problemas de fertilidad.Aunque las vacas secas estén criando un ternero, necesitan una menor cantidad de alimento, ya que no están dando leche.Las necesidades exactas dependen en gran medida de la condición corporal de la vaca [6].Sin embargo, tener menos necesidad no significa que los alimentos deban ser de mala calidad.Las dietas que carecen de nutrientes para las vacas secas como el selenio, la vitamina E y el magnesio se han relacionado con más problemas de salud en torno al parto.Una buena gestión nutricional durante el período seco es fundamental para una lactancia exitosa.El período seco es "preparación para la lactancia" [1].

Vitaminas y oligoelementos durante el período seco

De la A al Zinc, las vitaminas y los oligoelementos desempeñan un papel esencial durante el período seco. La suplementación de vitaminas y oligoelementos en el período seco disminuye el número de enfermedades y otros problemas relacionados con el parto.

Los oligoelementos como el hierro (Fe), el cobre (Cu), el cobalto (Co), el yodo (I), el manganeso (Mn), el selenio (Se) y el zinc (Zn) son cruciales para la salud y el desarrollo tanto de la madre como del feto durante el embarazo. Durante el período de previo al parto (2-4 semanas antes del mismo), los requerimientos de vitaminas y oligoelementos son mayores, ya que el 60% del peso del feto se gana en las últimas 3 semanas [7].

La transferencia de oligoelementos entre la madre y el ternero (inmunidad pasiva) también tiene un interesante beneficio adicional.Durante el embarazo, los tejidos fetales, en particular el hígado, suelen acumular concentraciones más elevadas de oligoelementos que el organismo de la madre.Este almacenamiento de oligoelementos en el hígado fetal sirve como reserva que puede utilizarse durante periodos en los que se presenten carencias de minerales tras el nacimiento.Básicamente, el feto "almacena" oligoelementos esenciales para garantizar un suministro adecuado durante los primeros años de vida, cuando la ingesta de los mismos por la vía alimentaria puede ser insuficiente.Después del nacimiento, estas reservas se reponen aún más a través del calostro [1].

En la época próxima al parto, el sistema inmunitario de la vaca lechera está debilitado, lo que aumenta el riesgo de infecciones.Este debilitamiento del sistema inmunitario se debe en parte a una disminución de las concentraciones sanguíneas de vitaminas A y E, así como de selenio y zinc.También se ha demostrado que estas deficiencias provocan mastitis, metritis y retención de placenta [8].Cuando las vacas secas con deficiencia de selenio recibieron suplementos de este mineral y de vitamina E 20 días antes del parto, la incidencia de placenta retenida se redujo del 50% al 10%.La insuficiencia de vitamina A también puede provocar retención de placenta, pero incluso puede llevar al aborto o al nacimiento de terneros débiles o muertos [3].

Tabla 1: Trastornos de la parturienta y nutrientes asociados [9]

La administración de vitaminas antioxidantes y oligoelementos también influye positivamente en el metabolismo energético, al reducir la necesidad de una lipomovilización excesiva (descomposición de la grasa), como lo demuestran los niveles más bajos de BHB en las vacas tratadas.Los niveles elevados de BHB indican problemas en el metabolismo energético, como cuando la demanda de glucosa supera la capacidad del hígado para producirla, lo que conduce a la lipomovilización [10].

La infertilidad o el bajo rendimiento reproductivo también están relacionados con deficiencias de oligoelementos y vitaminas.Varios estudios demuestran una recuperación y una preparación para la reproducción más rápidas después del parto, así como una mejora de las tasas de concepción gracias a los oligoelementos [11].

Bolo para vaca seca

Lista de fuentes

[1] J. Van Saun, R. (1991). Dry cow nutrition: The key to improving fresh cow performance. Vetrinary Clinics of North America: Food Animal Practice, 7(2), 599–620.

[2] Van Hoeij, R., Lam, T., De Koning, D., Steeneveld, W., Kemp, B., & Van Knegsel, A. (2016). Cow characteristics and their association with udder health after different dry period lengths. Journal Of Dairy Science, 99(10), 8330–8340.

[3] Thatcher, C. D. (1986). Effects of nutrition and management of the dry and fresh cow and fertility. The Bovine Practitioner, 172–179.

[4] Agriculture and Horticulture Development Board. (2021). Dry cow management: A practical guide to effective mastitis control.

[5] Fujiwara, M., Haskell, M. J., Macrae, A. I., & Rutherford, K. M. D. (2018). Survey of dry cow management on UK commercial dairy farms. Veterinary Record, 183(9), 297.

[6] Extension Alabama A&M & Auburn Universities. (2021). Managing and caring for the dry cow.

[7] Nowak, W., Mikuła, R., Zachwieja, A., Paczyńska, K., Pecka, E., Drzazga, K., & Ślósarz, P. (2012). The impact of cow nutrition in the dry period on colostrum quality and immune status of calves. Polish Journal Of Veterinary Sciences, 15(1).

[8] Meglia, G., Holtenius, K., Petersson, L., Öhagen, P., & Waller, K. P. (2004). Prediction of Vitamin A, Vitamin E, Selenium and Zinc Status of Periparturient Dairy Cows Using Blood Sampling During the Mid Dry Period. Acta Veterinaria Scandinavica, 45(2).

[9] Swecker, W. S. (1995). Trace Elements and Vitamins for Dry Cows. American Association Of Bovine Practitioners Proceedings Of The Annual Conference, 50–51.

[10] Omur, A., Kirbas, A., Aksu, E., Kandemir, F., Dorman, E., Kaynar, O., & Ucar, O. (2016). Effects of antioxidant vitamins (A, D, E) and trace elements (Cu, Mn, Se, Zn) on some metabolic and reproductive profiles in dairy cows during transition period. Polish Journal Of Veterinary Sciences, 19(4), 697–706.

[11] Ballantine, H., Socha, M., Tomlinson, D. A. D., Johnson, A., Fielding, A., Shearer, J., & Van Amstel, S. (2002). Effects of Feeding Complexed Zinc, Manganese, Copper, and Cobalt to Late Gestation and Lactating Dairy Cows on Claw Integrity, Reproduction, and Lactation Performance. The Professional Animal Scientist, 18(3), 211–218.